martes, 25 de septiembre de 2012

La crítica del dibujante: Batwoman - Hidrología

BATWOMAN: HIDROLOGÍA
ECC/DC
13,95 euros
144 págs.

Sinopsis:
Mientras trata de asumir los dolorosos secretos que le ocultó su propio padre, Kate Kane afronta la necesidad de entrenar a Flamebird, empeñada en convertirse en su compañera. Pero lo que realmente preocupa a Batwoman es resolver el caso abierto a raíz de la desaparición de varios niños, aparentemente secuestrados en el barrio hispano de Gotham City. Demasiados frentes abiertos, a los que hay que sumar el hecho de que esté siendo investigada por una misteriosa agencia gubernamental…


Tras veintinueve años de inexistencia en el limbo de los personajes olvidados, DC Comics nos sorprendió en sus primeras 52 (allá por el 2006) con la resurrección de un clásico: Kathy Kane, alias Batwoman

Lejana a su versión original, creada como pareja ideal de Batman y así cerrar bocas en cuanto a una posible relación homosexual entre los componentes del dinámico dúo (y llena, además, de clichés sobre lo que debían ser o no las bat-armas de mujer), la nueva Kate (Rebecca) Kane comparte con su predecesora poco más que el nombre, pues esta "resurrección" se nos presenta como un personaje fuerte, atractivo y, lo más importante, independiente de la extensísima influencia del hombre murciélago. 

Como plus, y dada su breve existencia editorial, Batwoman se ha visto librada del reciente "reseteo" en DC; un movimiento lógico que no hace sino sumar interés a esta nueva colección, una de las más interesantes del actual elenco de publicaciones del sello. 

Introduciéndonos ya en los contenidos de este tomo, lo primero que golpea nuestra vista es el espectacular arte de J.H. Williams III (Seven Soldiers of Victory, Promethea) quien, además de ser co-guionista del título junto a W. Haden Blackman, escritor ligado a la franquicia Star Wars; comparte páginas del número cero de la colección con la ilustradora Amy Reeder (retirada más tarde del título por diferencias creativas). Entre sus páginas, poco se habla de los orígenes del personaje, ya establecidos números atrás en la antigua numeración de Detective Comics, y sí de su vida dentro y fuera de la máscara: buscada por el gobierno, investigada por Batman, luchadora contra el crimen (natural o sobrenatural, en una excelente amalgama de argumentos), entrenadora y, cuando ella misma se lo permite, familiar y enamorada. Partes de un mismo poliedro siempre equilibrado que forman un guión (debo decir) igualmente entretenido, en el que no se deja faceta por explorar ni aspecto por avanzar. 


Volviendo al principal culpable de este tomo, J.H. Williams III, vemos que su paso en anteriores trabajos por las "mágicas" manos de Grant Morrison, Warren Ellis y Alan Moore, salpican su expresión plástica de complicadas composiciones a doble página que a veces rozan lo psicodélico, rompiendo la tradición lineal de la narrativa en pos del equilibro en la imagen, caminando así (en dos o tres ocasiones) sobre la fina línea que separa lo legible de lo caótico. 

Este aspecto se ve acentuado por los cambios de dibujo entre páginas, usando unas líneas más sencillas, casi sin manchas, cuando observamos la vida de Kate Kane y un acabado distinto (rozando la ilustración de corte realista) cuando aparece Batwoman. Cambios que el colorista, Dave Stewart (Hellboy, Superman, Captain America), sabe acompañar a la perfección con el uso de paletas de color más saturadas en el primer estilo y más apagadas en el segundo (sin contar ese poderoso rojo que viste a la protagonista en todo momento). 

Obviando esos puntuales excesos de composición antes mencionados, es posible afirmar que cada número es un experimento narrativo disfrazado de cómic de vigilantes, en el que, si no fuera por los disfraces, creerías haber visto un logo que rezara Vertigo en la cubierta.

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